
Sin dudas fotografiar artistas es una de mis temáticas favoritas, recuerdo el asombro que sentí la primera vez que vi aquella imagen de Picasso detrás de la ventana o la de Chaplin sentado en la vereda, Janis Joplin riendo con el pelo revuelto y Woody Allen en la cama rodeado de papeles. Quise estar ahi, con Mamiya, tripa y flash, decirles algo asi como "mirame, baja el mentón" disparar y conquistarlos durante una fracción de segundo, luego darles fuego, tomar una copa, escucharlos hablar, del clima o de la nueva cancion que suena en la radio, como si fuesen personas comunes y corrientes, sentados a la mesa un martes cualquiera, anonimos y eternos.
Domingos atras, Facundo Fraga se paraba misterioso en mi balcón, con el humo aterciopelado y el gamulan gastado, tomamos completa una botella de whisky, hablamos de James Thiérrée, de personajes con cajas de cartón en la cabeza y reimos a carcajadas de infinitas cosas que ya no recuerdo, por que al igual que en mi fantasía, aquella fue una noche cualquiera, en la que fuimos personas comunes y corrientes, anonimos y eternos.